Las fresas son una de las frutas más populares, pero también una de las más delicadas. Su superficie porosa facilita la acumulación de residuos de pesticidas y bacterias, lo que hace necesario un proceso de desinfección adecuado antes de consumirlas. Aunque el agua corriente es el método más utilizado, existen alternativas más efectivas para garantizar su limpieza sin comprometer su frescura.
Investigaciones recientes han demostrado que el uso de soluciones naturales como el vinagre o el bicarbonato de sodio puede eliminar hasta el 90% de los residuos presentes en las fresas. Sumergirlas en una mezcla de agua y vinagre blanco por unos minutos ayuda a descomponer los pesticidas, mientras que el bicarbonato actúa como un agente limpiador suave que no altera su sabor ni textura.

¿Cómo se realiza el proceso de desinfección?
Para una limpieza óptima, se recomienda llenar un recipiente con agua fría y añadir una parte de vinagre por cada tres de agua. Las fresas deben sumergirse durante al menos 10 minutos y luego enjuagarse con abundante agua corriente. En el caso del bicarbonato, se puede disolver una cucharada en un litro de agua y seguir el mismo procedimiento.
Además de eliminar residuos químicos, estos métodos reducen la presencia de microorganismos que aceleran la descomposición de la fruta. Como resultado, las fresas pueden mantenerse frescas por más tiempo en el refrigerador, evitando pérdidas y desperdicios.

Consejos para conservar las fresas en perfecto estado
Más allá de la limpieza, la forma en que se almacenan también influye en su durabilidad. Para evitar que se deterioren rápidamente, se recomienda secarlas bien después del lavado y guardarlas en un recipiente con ventilación. Colocar papel absorbente en el fondo del recipiente ayuda a reducir la humedad y prevenir la aparición de moho.
Este sencillo cambio en la rutina de limpieza y conservación puede marcar una gran diferencia, permitiendo disfrutar de fresas más limpias, seguras y con una mayor vida útil.
Fuente: terra.cl